La intervención parte de una estrategia de optimización espacial, priorizando funcionalidad, lectura limpia y continuidad visual en una planta reducida. El dormitorio se resuelve con un headboard corrido en madera natural, que integra visualmente la cama y las mesas de noche en un solo gesto lineal. Este recurso permite unificar el muro principal, evitando fragmentaciones y ampliando la percepción del espacio.

Dado el reducido ancho de la habitación, se incorporaron luminarias suspendidas a ambos lados de la cama, liberando superficie sobre las mesas de noche y reforzando la simetría. Este detalle potencia la horizontalidad del cabecero, convirtiéndolo en el eje protagonista de la composición.

En el área social se mantiene la misma lógica: materiales neutros, mobiliario ligero y líneas limpias, logrando un ambiente funcional y contemporáneo. La consola flotante bajo el televisor y los detalles verticales texturizados aportan ritmo visual sin comprometer la amplitud.

La propuesta se fundamenta en maximizar superficie útil y controlar la lectura espacial mediante pocos elementos bien resueltos, generando un ambiente eficiente, equilibrado y adaptable al uso temporal característico de un Airbnb.